Pollo orgánico vs. pollo convencional ¿cuál es mejor?
- JORGE ALBERTO HUERTA LANDA
- 6 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 oct 2018
Típico que asociamos comer saludable con una pechuga de pollo asada con verduras. Y es que los profesionales de la salud siempre recomendamos carnes blancas, como el pollo. Sin embargo, el pollo convencional o broiler que compramos en el supermercado puede no ser la opción más saludable.
Seguramente en algún momento habrás visto fotografías o videos de parte de PETA o de Greenpeace mostrando cómo tienen a los pollos en granjas de producción masiva: amontonados en una espacio cerrado de a penas unos 15 cm2 por pollo sobre almientado, inyectado con hormonas de crecimiento y antibióticos, y con el pico cortado al ras de las terminaciones nerviosas para que no se autolesionen por el estrés. Crecer en este ambiente produce pollos que crecen rápidamente, pero cuya expectativa de vida disminuye de 10-15 años a sólo 2.

Por otro lado, tenemos a los pollos “free range” o de libre pastoreo, los cuales no son inyectados con hormonas ni antibióticos, tienen la libertad para correr en el Sol, buscar su propio alimento, picando y escarbando en el pasto, y para socializar entre ellos. Sin embargo, un pollo orgánico no es lo mismo que de libre pastoreo, pues estos últimos pueden estar siendo alimentados con alimento transgénico que fue cultivado utilizando fertilizantes y pesticidas sintéticos. Un pollo orgánico, además de ser de libre pastoreo, es alimentado únicamente con (¡vaya la redundancia!) alimento orgánico, libre de estas sustancias.

Nutricionalmente hablando, la calidad de la carne de un pollo orgánico es superior, conteniendo de 8 hasta 49% menos grasa que el pollo broiler. Esto es evidente, pues al ser de libre pastoreo, tienen oportunidad de realizar más ejercicio, así que su carne es más magra. A su vez, se ha visto que tanto los huevos como la carne de estos pollos tienden a aportar una mayor cantidad de Omega 3 que los provenientes de pollos broiler.
Los pollos broiler son propensos contaminarse con bacterias resistentes a 3 o más antibióticos. Ello debido a la pobre y frágil salud de estos pollos, aunado a la vida de hacinamiento y encierro que llevan. Además, un estudio realizado recién en 2017 sugiere que la carne de pollo broiler puede provocar un desbalance hormonal en mujeres, aumentando el riesgo de desarrollar Síndrome de Ovario Poliquístico.
Consumir pollo orgánico será más caro, pero es una inversión tanto para que los pollos lleven una vida digna, como para que nuestra salud no se vea afectada por el consumo de sus productos.
Comments